FAMILIA ; Prevención
En la anterior publicación hemos destacado varios puntos que los docentes deben llevar a cabo para una buena prevención del acoso escolar, pero no son solo ellos los que deben intervenir, los familiares, más concretamente los padres, son el agente más importante en la educación de sus hijos, y por consecuencia, un factor importante en la prevención del bullying.
Los padres son el pilar fundamental donde sus hijos pueden expresar sus temores y preocupaciones, sabiendo que siempre encontrarán apoyo en ellos.
A priori, cualquier alumno puede ser víctima de acoso escolar, pero lamentablemente se han detectado una serie de patrones que lo propician como:
Los padres son el pilar fundamental donde sus hijos pueden expresar sus temores y preocupaciones, sabiendo que siempre encontrarán apoyo en ellos.
A priori, cualquier alumno puede ser víctima de acoso escolar, pero lamentablemente se han detectado una serie de patrones que lo propician como:
- Alumnos tímidos, inseguros, con dificultad de comunicación, baja autoestima, y sobreprotegidos por sus padres.
- Alumnos que no tienen demasiados amigos o no son populares en el grupo, y que les cuesta establecer relaciones con los demás y/o que en situaciones nuevas para ellos les supone un estado de ansiedad.
- Por desgracia, también un factor es que el alumno pertenezca a una minoría étnica, con rasgos raciales, culturales o físico diferentes a la mayoría.
- Ser físicamente más pequeños que la mayoría, o aparentemente débiles, tener algo de sobrepreso ya que cada vez los niños sufren esta enfermedad en edades más tempranas.
Desde luego, estos patrones no indican que tu hijo si se encuentra en uno de ellos vaya a ser víctima de acoso escolar, pero si que como padre se deben tener en cuenta y estar en alerta por si observan en su hijo cambios de conducta, como por ejemplo que esté más triste, o hace comentarios sobre su estatura, entre otros. Ante esto, los familiares deben fomentar que su hijo se acepte tal y como es, explicarle que no todos somos iguales, sino que cada uno tiene sus diferencias y que debemos querernos por como somos y luchar por nuestros derechos y por que los demás nos respeten al igual que nosotros respetar a los demás.
Deben reconocer las fortalezas de su hijo y valores positivos de forma habitual, ya que lo mismo que cuando nos dicen algo negativo de forma constante al final terminamos pensando que igual es verdad, si hacemos lo mismo pero con valores positivos, hará que nuestro hijo vaya dándose cuenta de que él o ella es así, aumentado así su confianza y autoestima.
Es muy importante potenciar la autoestima de los hijos, ya que esta va ligada directamente a todos los demás aspectos como la seguridad, la facilidad a la hora de hacer nuevos amigos, defenderse de manera correcta si es necesario, etc.
Por otro lado, nuestro hijo también puede ser agresor o bullie, y también hay patrones que indican la posibilidad de que lo sea, como por ejemplo: que no cuente con el apoyo de su familia, no saber expresar sus sentimientos con palabras, sino que lo hace con empujones, etc., la inseguridad o la envidia hacia la víctima también hace que el bullie lleve a cabo ciertas acciones para sentirse superior o mejor que la víctima.
Cabe destacar que los más pequeños de Educación Infantil, tienden a expresar sus emociones negativas hacia el otro con empujones, tirones, etc., es habitual que ocurra en estas edades, por ello, los padres deben explicar a su hijo que esa no es la manera de responder ante algo que no es de su agrado o que no esté de acuerdo, sino que lo que debe hacer es decirle al otro niño que eso no le gusta para que no lo vuelva a repetir.
En general, la familia debe fomentar la comunicación diaria con sus hijos, que no es lo mismo que interrogarles, la familia debe hablar con sus hijos permitiendo que se conozcan más aún, lo que da la posibilidad de saber si le ocurre algo, o si tiene dudas respecto a algo que le haya ocurrido, facilitando así la ayuda por parte de sus padres, con consejos.
Por otro lado, como hemos dicho anteriormente, es importante enseñar a los hijos a expresar sus sentimientos, necesidades y derechos de forma no violenta y sin rabia. De esta forma, sabrá que se debe responder de forma pacífica ante cualquier situación. Muy importante dar ejemplo en nuestro hogar ya que los hijos reproducen las actitudes que viven en sus casas, fuera de ellas.
Y lo más importante, tolerancia cero ante actitudes violentas. En estas edades tan tempranas, los niños no tienen la capacidad de socializar de manera correcta, por lo que es necesario enseñarles un lenguaje comprensible y claro para ellos, además de que no se aceptará ningún tipo de actitud violenta con ninguna persona. Debemos explicarles que estas actitudes tienen consecuencias negativas y que se debe respetar a los demás.
Por último, la familia y el colegio, en este caso, con el docente, deben estar en contacto y trabajar de manera conjunta los mismo valores de respeto, tolerancia, solidaridad, ayuda, etc., para que el hijo/alumno reciba los mismos estímulos e información por parte de sus dos entornos más cercanos, ya que si estos dos entornos no tienen una visión en común, lo único que se conseguirá es que el hijo/alumno esté confuso y sea indeciso a la hora de reaccionar ante una situación, lo cual es precisamente una de las cosas que como prevención del acoso escolar debemos evitar.
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